¿Tiempo perdido?
¿Tiempo perdido?
Qué difícil es dejar de pensarte, dejar de echarte de menos, dejar de
amarte. Qué difícil es decirle adiós a tu recuerdo, esquivar el sabor de tus
besos, volver a enamorarme de nuevo.
No digo que pensara que fuera a ser fácil dejarte atrás. Cuando lo
nuestro terminó supe que sería tu nombre lo primero que buscaría siempre
al coger el móvil y que te escribiría mil doscientas veces... y serían mil
doscientas una las veces que borraría lo escrito, que apagaría el teléfono y
enterraría de nuevo la cabeza en mis manos. Creí que serías el amor de
una vida y resultó que te perdí antes incluso de darme cuenta.
Nos perdimos, mejor dicho. No sería justo cargar solo uno con las
culpas. Yo no era lo que buscabas y tú no llegaste a colmar mis ilusiones,
mis ganas de luchar por algo que, tal vez, nunca debería haber empezado.
Aun así, no me arrepiento. ¿Por qué iba a hacerlo? Ahora los dos
somos ligeramente más sabios y aprendimos por las malas qué es
exactamente lo que no queremos. Lo tengo claro, eso bien valió mi
tiempo.
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